El estrés térmico supone una de las principales amenazas para la producción actual y futura de maíz. La adaptación de este cereal a las condiciones climáticas del futuro dependerá, en parte, de una mejor comprensión y conocimiento de la respuesta de los cultivos a temperaturas elevadas. Esta es una de las conclusiones que se han sacado de un estudio llevado a cabo por el CEIGRAM en colaboración con IFAPA, la Universidad de Oviedo, miembros del Postgrado de Hidrociencias del Colegio de Postgraduados de Texcoco (Méjico) y de la Universidad de Castilla-La Mancha.

Los resultados de este estudio mostraron que las temperaturas más cálidas aceleran los índices de desarrollo resultando en fases vegetativas y reproductivas más cortas (de aproximadamente 30 días para todo el ciclo). El estrés térmico no causó un retraso de la floración femenina en relación con la masculina, al menos en el rango de temperaturas (una temperatura máxima de hasta 42,9 ° C en el campo y de hasta 52,5 ° C en el invernadero) utilizado en este estudio. Estos resultados también mostraron que el rendimiento de grano de maíz se reduce bajo estrés por calor, principalmente a través de la viabilidad del polen, que a su vez determina el número de kernel, aunque también se ha detectado un efecto menor pero significativo del componente femenino.

En el siguiente gráfico puede verse como evolucionarán las temperaturas estivales en Europa, acentuando los fenómenos descritos anteriormente.

Fuente: Informe de Referencia AgriAdapt y CEIGRAM

https://agriadapt.eu/wp-content/uploads/2017/04/Informe-de-referencia-Meridional-FINAL_V2.pdf

http://www.ceigram.upm.es/blog/una-investigacion-analiza-el-impacto-de-las-altas-temperaturas-en-el-maiz/