La práctica de la rotación de cultivos se remonta a la antigüedad, a los orígenes de la agricultura, cuando después de una cosecha ya se implementaban cultivos mejorantes para incorporarlos al suelo antes del cultivo siguiente. Durante las últimas décadas se ha extendido la práctica del monocultivo o repetición de cultivos en un mismo sitio a lo largo de los años. Según el Departamento de Agricultura de la Generalitat de Catalunya, esta práctica genera desequilibrios en la composición mineral de la tierra -por agotamiento o exceso de macronutrientes y oligoelementos- y propicia la aparición de plagas y enfermedades especializadas en determinadas familias de plantas.

Por este motivo, la práctica de las rotaciones en cultivos no es únicamente un buen consejo, sino que es ya una necesidad. Es posible preservar el medio ambiente y obtener producciones aceptables si se tienen los conocimientos idóneos de la manera en la que se debe actuar. Esta práctica se ha extendido mucho entre los productores de agricultura ecológica, pero sirve tanto para los que hacen agricultura ecológica o producción integrada, como en aquellos que hacen agricultura convencional.

¿En qué consiste la rotación de cultivos?

La rotación de cultivos consiste en alternar plantas, pero no de cualquier manera, sino que deben ser plantas de diferentes familias con diferentes necesidades energéticas. Obviamente practicar una rotación de cultivos requiere de un profundo estudio y conocimiento de las necesidades nutritivas de las plantas, así que no deben quedar dudas de que la rotación de cultivos es una actividad agrícola muy seria. 

Esta práctica se realiza para evitar que el suelo se agote y las plantas sufran de plagas y enfermedades que suelen perdurar durante un tiempo. Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), esta forma de rotación de cultivos funciona como un motor biológico. Más aún, una diversidad de cultivos en rotación conduce a una diversa flora y fauna del suelo; las raíces excretan diferentes sustancias orgánicas que atraen a diferentes tipos de bacterias y hongos los cuales, a su vez, tienen una función importante en la transformación de esas sustancias en nutrientes disponibles para las plantas. La rotación de cultivos también proporciona una función importante fitosanitaria dado que previene transmisión de plagas y enfermedades específicas de un cultivo al próximo por medio de los residuos.

Gracias a la rotación de los cultivos (por ejemplo, con legumbres), se obtienen suelos con un mayor potencial de absorción de carbono que los monocultivos, y los agricultores tienen un aumento de la productividad, que se observa en la cosecha siguiente.

Fuente: La Vanguardia y Fundación Global Nature

https://www.lavanguardia.com/vida/20170524/422839017730/rotacion-cultivos-agricultura-ecologica-suelo-nutrientes-plagas.html