En relación a los cultivos leñosos, éstos pueden ser mucho más rentables y sufrirían menos problemas por erosión si se combinaran con otros cultivos, como oleaginosas o plantas aromáticas.
En concreto en el caso del olivar, existen experiencias piloto en las que se utilizan oleaginosas para el ganado, plantas aromáticas, medicinales o, incluso, aloe vera entre las calles del olivar. Intercalar los citados cultivos con el olivar es, por tanto, una técnica clave para facilitar el anclaje de la población en zonas rurales y el relevo generacional, sobre todo en zonas de olivar de montaña o pendiente, donde el abandono de la tierra suele ser más acusado.
Por otro lado, intercalar tomillo, lavanda o romero entre las calles de los almendros, o cultivos hortícolas como las lechugas o el brócoli entre los árboles frutales, son otros ejemplos de diversificación.
Como ejemplo de diversificación en cultivos herbáceos, los efectos negativos del monocultivo de cereales en secano bien podrían salvarse con rotación y diversificación de cultivos introduciendo habas, veza, alfalfa, lentejas o garbanzos, entre muchos otros (dependiendo de la región).
Fuente: ABC de Sevilla y Fundación Global Nature